Existe un trabajo ideal para cada persona, tenemos talento para cosas distintas.Un trabajo ideal sería uno por el que una se levanta por las mañanas con ganas de ir a trabajar.
Un trabajo ideal sería uno por el que una se levanta por las mañanas con ganas de ir a trabajar. En mi caso, debería ser uno que me permitiese poner mi talento creativo e innovador a prueba, compartir mis puntos de vista, ayudar a las personas a conseguir sus sueños con entusiasmo y mimo.
Poder diseñar y confeccionar mi propia decoración, poder trabajar la flor para conseguir este fin, poder conseguir todo lo que los novios desean (o al menos intentarlo), hacer un seguimiento de la evolución del evento, que llegue el día y hacer el montaje, y finalmente, mi equipo de protocolo y yo, asegurarnos que todo sale perfecto, es mi motivación y mi objetivo. Por todo ello, este trabajo está hecho para mí, es mi trabajo ideal.
Cada pareja es diferente, con necesidades distintas y gustos distintos, nos encanta tener la oportunidad de saber captar lo que quieren dos personas que se aman y que desean celebrarlo con toda la gente que les quiere.
Nos enriquece organizar y diseñar una boda de principio a fin y cumplir el sueño de cualquier pareja, haciendo de su boda, un evento único, porque no es lo mismo casarse junto al mar que hacerlo en la montaña, y porque todos los detalles son importantes, una boda tiene que ser el reflejo de los novios.
Nuestra manera de trabajar se basa en la eficiencia y la rapidez, en la capacidad de organizar una boda a partir de una idea y saber plasmarla durante todos los meses que dura la organización, hasta el día del evento, y asegurarnos, como decía antes que todo lo plasmado en los presupuestos, folios y el brainstorming que ha llevado a este día, se haga realidad.
He de agradecer su trabajo a todos los profesionales y a mi equipo, en los que confío, todos hacen que un cliente sea especial, toda la labor que desempeñan para hacer de un evento una colección de momentos únicos.