Traspasar la puerta principal de los Jardines de Abril es el comienzo de un paréntesis en el tiempo. En el corto camino empedrado que conduce desde la entrada de la finca hasta el plantón de la casa -en el que la vegetación ya se adueña del paisaje- las prisas se transforman en la tranquilidad de un relajado paseo y la rutina en el asombro ante un entorno majestuoso.
Un espacio entre la realidad y el sueño, en el que destacan la belleza y la elegancia de los jardines y la casa, acrecentadas por ese halo especial que confieren casi tres siglos de historia.
Los momentos en los Jardines de Abril se impregnan de ese sello propio que tiene la finca, que los convierte en especiales con su ambiente intemporal y su cuidado por el detalle. Un sello que crea atmósferas evocadoras en las que pronunciar un “Sí, quiero” es aún más impresionante, en las que darse a conocer deja huella, en las que se impone brindar por los deseos -cumplidos o por cumplir- y bailar bajo las estrellas…
Otra de las particularidades de este lugar que enamora es la cantidad de rincones mágicos que lo conforman: el plantón, a los pies de la casa, es el sitio ideal para un cóctel; los ficus proporcionan el abrigo perfecto para las mesas de un banquete; la ermita ofrece un espacio de recogimiento; la pérgola, un paseo de sombra verde que se transforma de antesala en altar; la pinada, donde los bailes se funden con la noche; y la casa solariega, cuyo elegante interior invita a compartir en la intimidad…
La finca, pionera en la organización de eventos en entornos exteriores al amparo de edificios y jardines tradicionales, se ha especializado desde su reapertura en 2011 en la celebración de bodas, reuniones sociales y corporativas, conciertos, talleres, comuniones… y en servir de escenario para sesiones de fotografía, publicidad y cine. Se arrienda en exclusiva, y tiene suscritos convenios de colaboración con alguno de los más prestigiosos restauradores de la provincia para que el componente gastronómico de cada evento que alberga sea también inolvidable. Grandes eventos gestionados de forma personal, con mucha ilusión y mucho amor, sabiendo que cada uno de ellos es único y que cada historia que allí se vive tiene un nombre un propio.
Jardines de Abril es… donde los sueños se hacen realidad.