Así como un cuento, con multitud de instantes para el recuerdo, así fue para mí esta celebración religiosa. ¿Quién no recuerda el día de su Primera Comunión? Carreras, risas, amigas, familiares, fotos, la iglesia y ese vestido que nos convertía en muy especiales por un día.
Todo comenzó hace tres años cuando nuestra hija en su clase de religión decidió tomar la Primera Comunión. Han sido meses de misa de domingo y cursillos de catequesis en la parroquia, hemos respetado su decisión, como también hubiéramos respetado que no la tomara. Lo importante para nosotros son los valores que día a día les inculcamos a nuestros hijos. Así que, nos embarcados en esta celebración religiosa, nos casamos por la iglesia, y nuestros hijos han sido bautizamos, ahí decidimos nosotros, pero de ahora en adelante deciden ellos.
Han pasado tan rápidos estos tres años, y una mañana te das cuenta que solamente faltan cuatro semanas para el “Día C”. Aunque sabes desde hace mucho que este día se aproxima, pero no empiezas a planificar hasta que pasan las fiestas navideñas. Es decir, la cuenta atrás comenzó hace 3 meses.
Como madre primeriza intento repetirme cada mañana que una comunión no es una boda, a modo mantra, pero evidentemente sí posee una estructura y elementos muy similares. Miras tu agenda y es entonces, cuando pones en práctica todas las habilidades y recursos que utilizaste en tu boda, a pesar de la resaca navideña. Y nos convertimos en expertas para encontrar ideas inspiradoras low cost, en obtener una valiosa información de las amigas que ya han pasado por esta experiencia, que además de práctico es muy terapéutico. ¡¡¡Incluso hacemos un tablero Pinterest sobre comuniones!!!
¿Las claves del éxito para el “Día C”? La planificación, fijar el presupuesto y el trabajo colaborativo de las abuelas, las titas y las amigas, son las mejores aliadas, por su experiencia y capacidad de ayuda. Así que un buen día, comenzamos a visitar tiendas de vestidos de comunión, de detalles especiales, visitar caterings y restaurantes, papelerías e imprentas, a escoger el fotógrafo que inmortalice esos instantes, y diseñar que tipo de fiesta desean los niños, y por supuesto, sin olvidar jamás que se trata de una fiesta destinada a ellos.
Si me preguntáis por la experiencia, debo decir que no es nada estresante (de momento), estamos disfrutado todos en casa. Y claro, aún quedan cosas por cerrar, ¿y sabéis? no somos las únicas que estamos ultimando preparativos para hacer de ese día, un día de ensueño para ellas y ellos.
Ya os contaremos, desde CHIC Trends, que ponerles, que ponernos, dónde comer, y mucho más…
¿Y vosotras? ¿Cómo lo lleváis? ¿Han hecho la comunión vuestros hijos? Me encantaría conocer vuestra opinión y vuestras experiencias.
María Milagros Pérez García