Nos ha enamorado la boda de Becca & James en The Byre at Inchyra (Perth, Scotland)
En el día de su boda, los novios respiran amor y cariño, rodeados de amigos y familiares que comparten su alegría. Las fotografías capturan no solo la felicidad palpable en el ambiente, sino también los detalles entrañables que hacen única cada celebración nupcial.
La fotografía de Patricia Garrigós Photography muestra el intimismo de la boda, el ambiente tan especial que se vivió aquí día, con la luz tan característica de la campiña Escocesa.
La preparación de la novia se convierte en un ritual encantador donde las damas de honor la acompañan, ataviadas con batas personalizadas. La novia destaca en blanco, mientras que las damas de honor lucen el color elegido para la ocasión. En este caso, un notable número de damas de honor, incluyendo las dos hermanas de la novia y el resto, sus mejores amigas, se unieron a este emotivo proceso.
Una vez vestida, la novia experimenta el «first look» con su padre, un momento trascendental cuando él la ve por primera vez antes de guiarla hacia el altar, marcando un instante de gran significado para todas las novias.
Mientras tanto, el novio comparte el tiempo previo al enlace con sus «groom mens», de una manera más discreta y amigable. En ambos casos, destaca la figura de la dama de honor y el padrino de bodas, quienes, en muchas ocasiones, firman como testigos del enlace. Su papel es igualmente destacado en esta jornada especial.
Siguiendo la tradición escocesa, los invitados son recibidos por un gaitero, guiándolos hacia la ceremonia. Este músico también les da la bienvenida a los recién casados durante la recepción y comparte un brindis inicial de whisky con la pareja al dejarlos en su mesa.
En las bodas británicas, la entrada de la novia es precedida por las damas de honor, y en muchos casos, el novio no puede girarse hasta que la novia está prácticamente detrás de él.
Aunque esta celebración fue más relajada y menos convencional, en bodas no religiosas como esta, a menudo se contrata a un humanista u oficiante. En este caso, la pareja decidió casarse legalmente el día anterior, y el primo de la novia ofició la ceremonia.
Aunque no siguieron todas las tradiciones escocesas, como el intercambio de anillos y los votos personales estuvieron presentes, así como el divertido canto espontáneo de todos los presentes.
Después de la ceremonia, el confeti reemplazó al arroz y se realizaron las fotos de grupo. Los invitados se retiraron, y se procedió a la sesión de retratos, que tuvo lugar en los hermosos alrededores de la finca, un antiguo establo reformado.
La recepción, similar a un cóctel, dio paso a la cena conocida como «wedding breakfast», la primera comida oficial del matrimonio. Durante esta fase, destacaron los discursos del padre de la novia, el novio y el padrino, y en este caso, también la novia.
La cena transcurrió sin sorpresas, aunque se incluyeron juegos en este caso, antes de llegar al esperado momento del corte de la tarta y el baile. El corte de la tarta se llevó a cabo después del postre y se sirvió como buffet para la fiesta.
La finca, un antiguo establo reformado, sigue la tradición común de utilizar lugares históricos, como castillos convertidos en hoteles, antiguas mansiones, fortalezas o casas señoriales.
La presencia de hombres vistiendo kilts resalta la rica tradición escocesa, llevada con orgullo en este tipo de eventos.
Fotografia: Patricia Garrigós
traje de novia: Suzanne Neville
Zapatos novia: Valentino
Traje novio: Hackett London
Peluquera: Ashley Stewart
Maquillaje: Faces By Freya
decoración floral: Hidden Botanics
Video: Eric Fernandez- Baca asistido por Lukasz K. Augustyniak
cuarteto de cuerda: The Scottish String quartet
Pastel de boda: Madre de la novia