Antonio Bordera: «La moda es pasión, estética y una forma de contar historias»

Entrevista por Ana Espadas

Antonio Bordera es mucho más que un estilista o un comerciante de moda. Es un narrador visual, un alma creativa que lleva más de 30 años marcando estilo desde su boutique Beige y Caoba, ubicada en pleno centro de Alicante. Con una personalidad magnética y un discurso directo y generoso, hablamos con él sobre su trayectoria, su filosofía sobre la moda, las anécdotas vividas en tienda y su experiencia como estilista en proyectos fotográficos de alto nivel. Esta entrevista es un paseo por su universo personal, lleno de pasión, intuición y una estética muy reconocible: el «aire a Bordera».


Antonio, cuéntanos un poco sobre tu trayectoria. ¿Cómo comenzó tu camino en el mundo de la moda y el estilismo?
Desde el principio, te diría. Desde que tengo uso de razón. Tengo una hermana mayor y una hermana pequeña, y recuerdo que cuando era pequeño y mi hermana jugaba con muñecas, yo ya pensaba: «estas muñecas deberían ir vestidas en condiciones, según cada evento». Desde ese momento, mi cabeza ya tenía ese concepto de estilismo funcionando.

¿Cómo nació Beige y Caoba y qué concepto hay detrás de esta boutique?
Beige y Caoba nació de varias cosas a la vez. En ese momento yo estaba vendiendo pisos, y fue mi pareja quien me dio el empujón: «ahora o nunca», me dijo. Buscamos local, y yo lo tenía claro: tenía que ser en la calle del Teatro o en la calle Gerona. Al final, casi por casualidad, alquilé este local con opción a compra, y hoy, 32 años después, es mío.

¿Qué tipo de clientela visita tu tienda? ¿Cómo defines el estilo que ofreces?
Yo siempre he querido que todo parezca muy estiloso y muy caro, pero sin subir precios. He intentado en varias ocasiones dar el salto a un escalón más alto, pero el público no lo ha aceptado. El truco está en eso: que parezca, pero que no lo sea.

La boutique está ubicada en la Calle del Teatro 27 en Alicante, un lugar con mucha personalidad. ¿Qué significa para ti esta ubicación?
Es perfecta. Es una zona muy concreta y emblemática. Tanto la calle Gerona como la del Teatro han tenido altibajos, pero ahora creo que están en un buen momento. Para mí, sigue siendo una gran ubicación.

¿Cómo influye el entorno de la ciudad en tu negocio y en la selección de prendas y complementos?
Muchísimo. Estoy siempre pendiente de las modas alternativas, del pálpito de la calle. Pero también tengo que mantenerme en un precio asumible, porque eso es lo que ha funcionado.

Alicante es una ciudad con una mezcla interesante de residentes locales e internacionales. ¿Has notado diferencias en la manera en que distintas nacionalidades perciben la moda y las compras?
Sí, muchísimo. En los últimos tres años, te diría que entre un 20 y un 30% de mis ventas son en inglés. Para la clientela extranjera, mi ropa les parece increíblemente barata. Y no solo eso, también valoran mucho el entorno, el trato, la estética de la tienda. Me lo dicen al marcharse, y eso es un orgullo.

Ana Espadas con estilismo de Antonio Bordera de Beige y caoba. Foto Javier de la Torre

¿Podrías compartir alguna anécdota memorable con una clienta de la boutique?
¡Madre mía, Ana, para escribir un libro! Y tú bien lo sabes, porque una de esas anécdotas la viviste tú. Recuerdo aquel día que estabas probándote ropa para varios eventos y un shooting, y coincidiste con una señora árabe y su marido. Cada outfit que te probabas, ella lo quería. Te lo decía con toda la amabilidad: «me encanta eso que llevas», y acto seguido, me lo pedía. Al final se llevó un montón de vestidos y faldas de la misma selección que hicimos para ti. Como esa, tengo mil. Y es que cada semana sucede algo curioso, lo mejor de este trabajo es precisamente eso: el contacto humano. Incluso en pandemia, aprendí a leer miradas. La gente transmite mucho con los ojos.

¿Cuál crees que ha sido el mayor reto de emprender en el sector de la moda en Alicante?
Muchas veces ni yo mismo soy consciente de que llevo 32 años. Cuando alguien me dice que ya soy un establecimiento emblemático, me sorprende. Pero sí, lo soy, y lo asumo con orgullo.

Has trabajado como estilista en sesiones fotográficas de alto nivel, como la World Photographic Cup 2025 junto a Vicente Esteban. ¿Cómo fue esa experiencia?
Una experiencia total. Hemos estado ocho veces nominados. Tengo bastantes premios nacionales, y este trabajo me apasiona. Aunque algún día me jubile de la tienda, eso no lo voy a dejar jamás. Además, ahora mismo soy algo así como la cabeza pensante del equipo. Me proponen un concepto —fantasía, mitología, desnudos— y yo dirijo la dirección creativa. Es un placer, no un trabajo.

¿Qué es lo más importante para ti cuando trabajas en estilismo para una sesión de fotos? ¿Cómo logras transmitir una historia a través de la moda?
Siempre digo que esto es un proceso de equipo. Yo puedo dar un 2, la maquilladora otro 2, el fotógrafo otro… Pero si uno da un 0, no llegamos al 10. Ese 10 es el premio perfecto. Y cuando alguien dice: «esto tiene aire a Bordera», aunque la foto sea de otro, eso me llena de orgullo.

En tu blog BEIGE Y CAOBA, hablas de marcas como Dolce&Gabbana y Hermès. ¿Qué te inspira de estas casas de moda?
Cada una tiene su identidad: Chanel es blanco y negro, Versace es dorado y tentación, Dolce&Gabbana es barroco puro. Eso lo traslado a mis clientas, les explico por qué una prenda resalta el escote, la figura, la personalidad… No sé vender si no explico, si no cuento la historia de cada prenda.

¿Cuáles dirías que son los elementos imprescindibles en un look bien logrado?
La actitud, sin duda. Pero también la mezcla de atemporalidad y tendencia. La esencia hay que conservarla, pero las tendencias hay que vivirlas.

¿Qué opinas de la tendencia de las modelos silver tanto en pasarela como en campañas?
Me parece fascinante. Los renglones se han movido. Una mujer de 60 hoy en día tiene una presencia, una estética y una seguridad que antes no se veía. Aunque aún vamos lentos en aceptarlo a nivel social.

¿Hacia dónde crees que va la moda en los próximos años? ¿Hay alguna tendencia que te entusiasme particularmente?
Ojalá lo supiera. Pero sí te digo que la moda cambia con la economía: en tiempos buenos es fantasiosa y en crisis es más firme, más clásica. Cada uno la vive a su manera. Por ejemplo, tú, Ana, que mezclas como nadie el vintage… ¡ojalá hubiera más gente como tú!

¿Cómo ves el papel del estilismo en la era digital y las redes sociales? ¿Ha cambiado la forma en que los profesionales de la moda trabajan hoy en día?
Es primordial. Pero muy complicado de gestionar todo a la vez: atender tienda, escaparates, redes, vida personal… Tú sabes bien de lo que hablo. Para manejarlo realmente bien se necesita un profesional. Yo soy muy de equipos, pero al final, en mi tienda, todo tiene que pasar por mi cabeza. Es la única forma de que funcione al 100%.

¿Tienes algún proyecto futuro en mente, ya sea con tu boutique o en el mundo del estilismo?
La boutique poco a poco irá diluyéndose. Me mantengo, lucho, pero sé que para las generaciones más jóvenes soy «el señor mayor de la tienda de la esquina». En cambio, el estilismo me permite moverme, apasionarme, y ahí tengo trabajo infinito.

¿Qué consejo le darías a alguien que quiere dedicarse a la moda, ya sea como estilista o como emprendedor en este sector?
Nunca hay un buen momento. El buen momento es cuando tú decides lanzarte. Eso sí: pasión y trabajo deben ir de la mano. Sin pasión, esto no funciona. Y con solo pasión, tampoco. Hay que tener las dos cosas.


Una conversación con Antonio Bordera es como entrar en su tienda: elegante, luminosa, llena de detalles y de autenticidad. Su trayectoria no solo habla de moda, sino de una forma de ver la vida: con pasión, belleza y mucha entrega.

Gracias Antonio por tu amistad y la profesionalidad con la que abordas cada proyecto. Eres una persona con una visión de la moda muy especial pero lo mejor es como captas la esencia de cada mujer y sabes trasladarla a las piezas que la visten, favoreciendo muchísimo a esa mujer!

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